jueves, 24 de mayo de 2018

El arte sosiega el espíritu cansado


Detalle de la obra "Inocencia IV"
Llegué a la Asociación Hermanos Saíz bajo uno de los aguaceros de mayo que diluvian sobre la ciudad. Traía la mente ocupada en muchos asuntos, debilitada por una intensa jornada. Entonces, percibí la muestra “Cuerpos relucientes” que desde hace algunas semanas está abierta al público en la sala galería de la institución.

Experimenté un baño de renovación a los sentidos, y no porque mayo había llovido sobre mí, sino porque indudablemente, el arte sosiega el espíritu cansado.

El verdadero atractivo visual de la exposición, no reside en el formato seleccionado, ni en el abordaje del desnudo femenino. Habita en la factura de los lienzos: en el riguroso “naturalismo” de la imagen.
Víctor Manuel Guerra Arteaga, el artista, no particulariza en el fondo de las composiciones (en la mayoría de los lienzos), solo en los cuerpos en poses; lo cual remite el inconsciente a los trabajos de estudios practicados en las academias de arte. Pero queda claro, que ésa es la intención del artista.
Quiero destacar además de la factura, dos elementos. El primero es la expresión de las manos de los personajes. Ninguna posición se repite y cada una es una obra de arte en sí. Tienen voz propia y aportan el componente simbólico, que a simple vista parecería estar faltando.
El segundo, es la defensa del retrato. Tema (algo) deprimido dentro de la plástica contemporánea, al que el artista ha dedicado cuatro de los diez lienzos exhibidos. En esta ocasión, los retratos develan la personalidad de los protagonistas y muerden la curiosidad del espectador.
Como resultado, “Cuerpos relucientes” alivió mi agotamiento. Ya no me importó cuán empapada estaba. Pasé un buen rato frente a las imágenes, admirando sus tonos, sombras y luces.
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